En Maceió, luego de colarnos involuntariamente al micro pago de salida del puerto, volvimos a disfrutar un día de playa todas las familias juntas. Queríamos ir a almorzar a las barcazas en medio del océano, en los bancos de arena frente a la costa, pero la marea no nos lo permitió, será para la próxima. Eso sí, la temperatura del agua es increíble y los chicos dieron cuenta de ella.
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