Mis padres, Elena y Alfredo, festejaban sus 50 años de casados, pero en vez de hacer una fiesta, decidieron juntar a todos sus hijos y nietos para celebrarlo cruzando el Ecuador. Pero como caminar hasta allá era mucho, nos subieron a todos a un barco y nos fuimos para Europa en un crucero de festejo.
El crucero fue el Costa Fascinosa, tocaría los puertos de Río de Janeiro, San Salvvador de Bahía, Maceió y Recife en Brasil, luego cinco días de navegación oceánica para llegar a Santa Cruz de Tenerife, de ahí a la isla portuguesa de Funchal, Marsella, para finalizar en la ciudad de Savona. Nosotros nos bajaremos en Tenerife, para tener más tiempo de recorrida por el viejo continente.
domingo, 24 de abril de 2016
Días 2 y 3: Mar, mar por todos lados (1 y 2 de marzo)
Primer y segundo día de navegación, atajé el mareo con un oportuno Dramamine y nunca más sufrí los vaivenes del barco (que algunos días fue importante, si hasta Francisco, mirando la pileta, se sorprendió de que el barco tuviera un generador de olas propio).
Día 7: Maceió (6 de marzo)
En Maceió, luego de colarnos involuntariamente al micro pago de salida del puerto, volvimos a disfrutar un día de playa todas las familias juntas. Queríamos ir a almorzar a las barcazas en medio del océano, en los bancos de arena frente a la costa, pero la marea no nos lo permitió, será para la próxima. Eso sí, la temperatura del agua es increíble y los chicos dieron cuenta de ella.
Día 8: Recife (7 de marzo)
Recife es una ciudad enorme, imposible, de ninguna manera, conocerla en las pocas horas que el crucero te deja en la costa. Encima estaba el tema del maldito mosquito Aedes Aegypti, lo que nos apartó de Olinda, ya que nos habían dicho que era uno de los sectores brasileros más castigados por la epidemia de Zika. Así que sólo fuimos a caminar un poco por el centro histórico, tomamos un colectivo hasta un centro comercial y bajamos a la playa.
Recife, definitivamente, quedó como una cuenta pendiente en Brasil.
Recife, definitivamente, quedó como una cuenta pendiente en Brasil.
Días 9, 10, 11, 12 y 13: Navegación (Del 8 al 12 de marzo)
Entre el 8 de marzo y el 12 de marzo, el buque cruzó todo el Atlántico uniendo América con Europa.
Uno de los eventos principales de esos días fue el esperado cruce del Ecuador.
Uno de los eventos principales de esos días fue el esperado cruce del Ecuador.
Día 14: ¡Los Arias Barreiro llegaron a Europa! (13 de marzo)
Nos habían amenazado con que los trámites migratorios podían llegar a durar más de medio día, pero por suerte a las 10 de la mañana ya estábamos bajando las valijas en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Momento "Torrente" del viaje, nos interceptaron dos personajes, muy adustos, que en voz baja, en una dársena desierta y mostrándonos una credencial como si fueran agentes de la DEA no informan que pertenecían a la aduana de España. Cinco minutos y ya nos estaban recomendando sitios para cenar.
Día 15: Los Gigantes de Tenerife (14 de marzo)
Después de una noche renegando con los ingleses fiesteros del pub de abajo, salimos a las 10 de la mañana en coche hacia Los Gigantes, que es el segundo acantilado más alto del mundo.
Odio los caminos de montaña, especialmente cuando manejo coches ajenos y llevo la familia atrás, por lo que cuando vi que el GPS me hizo bajar de la autopista, frené frente a esa bajada donde veía perderse al resto de los autos. Dí marcha atrás y me volví a subir a la autopista, porque parecía que había otro camino más adelante.
Craso error.
Odio los caminos de montaña, especialmente cuando manejo coches ajenos y llevo la familia atrás, por lo que cuando vi que el GPS me hizo bajar de la autopista, frené frente a esa bajada donde veía perderse al resto de los autos. Dí marcha atrás y me volví a subir a la autopista, porque parecía que había otro camino más adelante.
Craso error.
Día 16: Último tren a Londres (15 de marzo)
Salimos de Adeje a las 6 de la mañana, recorrimos la pequeña e histórica ciudad de San Cristóbal y llegamos al aeropuerto de Tenerife Norte, donde tomamos el avión de Iberia hacia Londres.
Día 17: London calling (16 de marzo)
Nuestro único día en Londres, teníamos que recorrer lo máximo en el menor tiempo posible, así que temprano nos tomamos el subte hasta la abadía de Webminster, recorrimos el Parlamento y caminamos junto al Támesis.
Día 18: Madrid tierra soñada, ah, no, esa era Granada (17 de marzo)
Luego de la caminata infernal de Londres, arrancamos a patear una Madrid que nos sonó mucho más conocida de lo que hubiéramos esperado, Buenos Aires es realmente un pedacito de España.
Día 19: No se puede ir a España y no conocer Toledo (18 de marzo)
Hoy nos toca conocer la ciudad de Toledo, viajamos de ida en el tren de alta velocidad AVE y volvimos en colectivo. La ciudad de Toledo es increíble, es remontarse de golpe mil años e internarse en la historia de castillos y caballeros.
Día 20: ¿Una semana para el Prado? No, sólo un día... (19 de marzo)
El Museo del Prado merece mucho más que unas cuantas horas, pero tenemos los días contados, así que hoy, aunque sea poco, se lo dedicamos íntegro al arte clásico español.
Luego de una cola mucho más ágil de lo que parecía en un principio pudimos entrar a uno de los lugares más maravillosos de Madrid, enfrentarse con Las Meninas es una experiencia casi religiosa, es íncreible lo que hizo Velázquez en ese cuadro, que no es uno, sino cuatro en uno sólo; y Rubens y Goya y más de El Greco, te hacen reconciliar con el género humano.
Luego de una cola mucho más ágil de lo que parecía en un principio pudimos entrar a uno de los lugares más maravillosos de Madrid, enfrentarse con Las Meninas es una experiencia casi religiosa, es íncreible lo que hizo Velázquez en ese cuadro, que no es uno, sino cuatro en uno sólo; y Rubens y Goya y más de El Greco, te hacen reconciliar con el género humano.
Día 21: Un día con el Guernica (20 de marzo)
Hoy es domingo, hoy es día del Rastro. Desde hacía años quería conocer este mercado popular, será por eso, por esa enorme expectativa, que finalmente terminamos medio desilusionados, la verdad no sé qué esperábamos, pero quedamos convencidos que nuestro mercado de San Telmo no tiene nada que envidiarle.
Día 22: ¡A por el cochinillo! (21 de marzo)
La idea era salir bien temprano para Segovia, pero el cuerpo empieza a decir basta, recién a las 10:45 estábamos en La Moncloa tomando el micro a la ciudad del acueducto.
Día 24: De córdoba a Sevilla, con un castillo en el medio (23 de marzo)
A la mañana aprovechamos que la Mezquita de Córdoba, que no habíamos podido ver ayer porque estaba cerrada por el Paso, tenía entrada libre de 8:30 a 9:30. Poner un pie por primera vez entre esas columnas y arcos es apabullante, España nos está noqueando cada día.
Día 25: La esperada "Madrugá" (24 de marzo)
Hoy fue uno de esos días interminables de nuestros viajes. Por la mañana visitamos a la Basílica de la Macarena; dejamos lejísimo estacionado el coche (andar en auto por Sevilla es una locura) y caminamos hasta la iglesia, ya desde temprano había cola, pero se movían rápido.
Día 26: El cansancio se empieza a sentir (25 de marzo)
Como era de esperarse, costó horrores levantarse luego de la Madrugá, así que desayunamos tarde y salimos para Triana, paseamos por el Guadalquivir y nos tomamos una cerveza a la vera del río.
Día 27: Cuatro ciudades en un día (26 de marzo)
A la mañana salimos de Sevilla y encaramos la ruta hacia el Atlántico, fue un viaje atolondrado, pasamos por cuatro ciudades que cada una de ellas merece al menos una semana, pero tampoco teníamos un semestre para conocer el sur de España.
Día 29: Málaga, el hogar de Picasso (28 de marzo)
Esto de tener un día por ciudad, o menos, no hace fácil su recorrido, pero se hace el intento, a la mañana fuimos a conocer la casa natal de Pablo Picasso...
Y de ahí nos fuimos al Alcázar, que está bueno por las vistas, pero ya medio que nos pusimos exquisitos con estos castillos.
Y de ahí nos fuimos al Alcázar, que está bueno por las vistas, pero ya medio que nos pusimos exquisitos con estos castillos.
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