A las 7:20 salimos en el tren AVE de Madrid a Córdoba.
Vamos a recorrer muchísimas ciudades de España, pero en Córdoba voy a dejar un poco de mí; después me dijeron que en verano es inaguantable, que algunos juegan alterando "la flor de España" por “la sartén de España”, pero yo sigo pensando que es hermosa, que es una de las ciudades más lindas del mundo, plena de naranjos en flor durante esta temprana primavera, toda la ciudad huele a azahar.
Fuimos a buscar el coche y pasó algo rarísimo, hago un paréntesis de este diario.
En Tenerife, cuando alquilamos el coche, sufrí, como ya les conté, los caminos de cornisa con un coche que no conocía, por lo que ya estaba hablando con Caro de cambiar todo el recorrido del sur de España para esquivar las rutas de montaña, o alquilar un coche con caja automática, pero los alquileres de estos coches, comunes en Estados Unidos, pero carísimos en España, subía el alquiler a precios impagables. La cosa es que cuando llegamos al AVIS de Córdoba, justo antes de pedir nuestra reserva, vimos que estaba en oferta un Mercedes con caja automática porque lo habían devuelto hacía unas horas, algo nos decía que teníamos que conocer sí o sí los Pueblos Blancos.
Bueno, finalmente salimos con el Mercedes rojo, dejamos las valijas en el hotel y partimos para la Medina Al Zahara.
Increíble lugar, una ciudad entera del califato que solo duró 70 años, pero que aún conserva hasta el acueducto romano que usaron de base. Primero nos proyectaron un documental que ayuda a entender todo el entramado de la Medina y antes de acceder a ella pasamos por un centro de interpretación donde tienen un montón más de explicaciones de cómo era la vida y el gobierno de la ciudad.
En medio del recorrido de la Medina nos agarró la primera lluvia del viaje, pero las providenciales capas que habíamos llevado fueron la envidia del resto de turistas que nos miraban empapados.
Cuando terminamos con la Medina, volvimos a Córdoba, ya escampados y recorrimos la ciudad histórica, a perdernos por sus calles y callejones. Visitamos la antigua sinagoga, que tiene pintada una cruz sobre la estrella de David, y luego el Alcázar de las Reyes Católicos.
A la salida nos cruzamos con el primer Paso (las procesiones de las congregaciones cristianas) de Semana Santa, con banda y nazarenos, con sus capirotes y grandes cirios.
Cenamos unas tapas increíbles en Casa Rubio y volvimos caminando al hotel bordeando el Guadalquivir.
Mañana iremos a la mezquita y de ahí a Sevilla. Andalucía es hermosa y enamora.
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